Como bien dice el dicho: aunque la mona se vista de seda, mona se queda, no es lo que llevas, es COMO lo llevas. Y éste es mi lema a la hora de hablar de moda, porque la elegancia no es el hecho de llevar un bolso de Loewe o unos zapatos de Jimmy Choo, sino quien sabe llevar un vestido monísimo del mercadillo combinándolo con unos fantásticos zapatos y convertirse en la elegancia personificada ¡eso si que tiene mérito!. Así que, está en tus manos decidir como llevarlo, y convertir la sencillez, en algo elegante y "chic".
Para nuestro deleite, vivimos en una sociedad en la que tenemos total acceso a la moda sin tener que vender un riñón a cambio, exceptuando, claro está, algún que otro caprichillo que se pueda permitir una de vez en cuando. Porque como bien escuché a alguien decir alguna vez, si el diablo se viste de Prada, los dioses se visten de Zara.
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