jueves, 22 de julio de 2010

4. Grandes iconos del cine y de la moda.

4.1. AUDREY HEPBURN.




Audrey Hepburn es uno de los rostros más conocidos del cine, su dulzura, sus finos rasgos y su peculiar forma de pronunciar el inglés son algunas de las claves de esta fama, pero sin duda lo que la catapultó a convertirse en uno de los mayores iconos del cine fue su estilo, el estilo Audrey.

Edith Head la vistió para su primer rol protagonista. Cuando William Wyler le dio el papel principal de Vacaciones en Roma, la experiencia de Audrey no pasaba de unos cuantos papeles insustanciales y el de Gigi en la obra teatral basada en la novela homónima de Colette. Pero, tras el estreno, Hollywood se rindió a aquella joven de enormes ojos y delicada figura, y Billy Wilder le ofreció el papel protagonista en Sabrina, junto a Humphrey Bogart y William Holden. Por supuesto, el vestuario quedó en manos de Edith Head, pero teniendo en cuenta que debía haber un antes y un después en la vida de la protagonista del filme, decidieron encargar a un maestro de la alta costura los trajes que iba a lucir la nueva Sabrina. Y llamaron al diseñador de alta costura Hubert de Givenchy.
Cuando avisaron a Givenchy de que se iba a encargar del vestuario de “Miss Hepburn”, él pensó que se referían a Katharine Hepburn, y tras descubrir que realmente era Audrey, en un principio se negó rotundamente para después rectificar y comenzar una amistad que duraría el resto de sus vidas y para que Audrey se convirtiera en su musa durante cuarenta años llegando a crear una fragancia inspirada en ella, L’interdit de Givenchy.

Entre las musas del diseñador francés se encontraban grandes figuras del siglo XX como Grace Kelly y Jackie Kennedy, pero con ninguna alcanzó tanta complicidad como lo hizo con Audrey Hepburn, con la que Givenchy considera haber mantenido una "amistad tan especial como un 'affaire' amoroso", tanto fue así que se convirtió en su musa.


Hay tres películas que marcaron el estilo de Audrey y que contaron con la colaboración de Givenchy, y ésas fueron Cómo robar un millón de dólares, en la que Audrey Hepburn formaba una pareja de ladrones de guante blanco con Peter O’Toole, Charada, en la que compartía cartel con un ya mayor Cary Grant, y Desayuno con diamantes, con George Peppard en su papel más famoso, el de Holly Golightly.



En ella, Holly aparece en medio de la Quinta Avenida tomando unos croissants delante del escaparate de la mastodóntica joyería Tiffany’s enfundada en un precioso vestido de seda negro que ha sido imitado hasta la saciedad, este conjunto revolucionó el mundo de la moda y se convirtió en el referente por excelencia de la elegancia y el estilo. El impacto de Audrey en la moda se extiende hasta nuestros días.

Igual ocurrió con el abrigo rojo de Charada, que Audrey paseó a las orillas del Sena junto a Cary Grant.


Pero este estilo no se quedó sólo en la pantalla, y Audrey mantuvo su peculiar look en todas sus apariciones públicas.

¿Porqué cambiar? Cada uno tiene su propio estilo. Una vez que lo has encontrado debes aferrarte a él”

Aunque Audrey hizo de Givenchy su diseñador fetiche, otros trabajaron con ella en diferentes filmes. María de Matteis la convirtió en la Natacha de Guerra y Paz, de King Vidor, y un amplio abanico de estrellas del diseño de finales de los años sesenta (entre ellas, Mary Quant y Paco Rabanne) se pusieron a su servicio en Dos en la carretera. Un caso aparte es el del genial Cecil Beaton, autor del vestuario y la escenografía de My Fair Lady. Para Eliza Doolittle, que en manos del profesor Higgins pasará de ser una florista a una espléndida dama de sociedad, Beaton ideó una serie de trajes espectaculares, algunos de ellos inspirados en creaciones de quien era, a principios del siglo XX, el tirano de la alta costura: Paul Poiret.

Con sus diseños para My Fair Lady, el fotógrafo Beaton consiguió su segundo Oscar al mejor vestuario. El primero le había llegado seis años antes con Gigi: el papel que había puesto a Audrey Hepburn en el camino de Hollywood.


Dos en la carretera (1967) – diseño de Paco Rabbane.



My Fair Lady (1964)

La ropa Audrey era producto de cierta filosofía de grupo: creada por Balenciaga, llevada a la práctica con éxito por Givenchy y fuertemente influenciada por Audrey.”
Con el tiempo Audrey acudiría a Ralph Lauren por su sentido europeo del estilo norteamericano.

Si la reina del pop es Madonna y la reina de de las actrices es Katharine Hepburn, Audrey Hepburn es la reina de la elegancia y del glamour y Givenchy fue su ayudante de cámara.

Pero Audrey fue un icono en todos los sentidos, su bondad y su dedicación, por encima de su salud, a las causas del sida o la malnutrición de los niños en el mundo la llevó a ser embajadora de UNICEF y a pasar sus últimos años entregada a la causa.



Resulta irónico que me haya quedado en casa todos estos años por los niños. Ahora es por su bien por lo que recorro el mundo entero.”




    4.2 MARLENE DIETRICH.










Marie Magdalene Dietrich o Marlene Dietrich (Berlín 1901 – París 1992), fue una actriz y cantante alemana que adoptó la nacionalidad estadounidense. Es considerada como uno de los mitos del llamado Séptimo Arte.
Se convirtió en un icono de la moda para los altos diseñadores así como para las estrellas que la sucedieron. Popularizó, entre otras prendas, el uso del pantalón femenino, lo cual, junto con suimagen de femme fatale y las insinuaciones de bisexualidad en alguna de sus películas, contribuyó a menudo a crear fuertes rumores, nunca confrmados, sobre su vida sentimental. Fue un icono de la elegancia y del glamour.



El Ángel Azul (1930)





    4.3. RITA HAYWORTH: GLAMOUR DE HOLLYWOOD.

Rita Hayworth (1918-1987)

Su escena con el guante en Gilda es uno de los mayores tesoros visuales del siglo XX.Rita empezó su carrera como bailarina a la temprana edad de 13 años. Trabajó en muchos escenarios, sobre todo en México, como pareja de baile de su padre, quien la explotó hasta la saciedad, e incluso se dice abusó de ella física, psicológica y sexualmente. Esta relación marcó su personalidad.
El papel de Doña Sol en Sangre y arena, junto a Tyrone Power y Linda Darnell signifcó su lanzamiento como sex symbol indiscutible durante toda una década. Su carrera ya era imparable y se convirtió en la más grande estrella de su época y en la mujer mejor pagada del cine.

Fred Astaire la consideró su mejor pareja de baile, pero era tan magestuosa la presencia de Rita en pantalla que empequeñecía a Fred por lo que se buscó posteriormente a Ginger Rogers.


Su fama como mito erótico se consolidó en Gilda (1946), de Charles Vidor, una de las grandes películas del cine negro en la que tan sólo con un striptease y una bofetada consiguió récords de taquilla en todo el mundo. Dicha bofetada se convirtió en la más famosa de la historia del cine, propinada por su pareja protagonista Glenn Ford, en respuesta a la que ella le propinó anteriormente en el flm. La película fue un escándalo, y en países como España, fue considerada como "gravemente peligrosa" por la Iglesia Católica, debido a su striptease del brazo, en la famosa escena donde se quita un guante. 








    4.4. GRACE KELLY.

Grace Kelly (1929-1982)

Grace Patricia Kelly (1929 - 1982) fue una actriz estadounidense que se convirtió en Princesa de Mónaco, tras contraer matrimonio con el Príncipe Rainiero.
En 1951, a los 22 años, Kelly hizo su primera película, Catorce horas, actuando en un papel secundario. Su elegancia y delicada belleza llamaron poderosamente la atención en Hollywood, de forma que al año siguiente se le ofreció el papel principal en el western Solo ante el peligro, junto a Gary Cooper. Su siguiente flm fue Mogambo, junto a Clark Gable y Ava Gardner, por el cual fue candidata al Óscar como mejor actriz de reparto. En su corta carrera cinematográfca, Kelly fue una de las actrices favoritas de Hitchcock, con quien trabajó en tres películas, Crimen perfecto con Ray Milland, La ventana indiscreta con James Stewart, y Atrapa a un ladrón con Cary Grant.
Esta última se rodó en el principado de Mónaco, donde Grace Kelly conoció a su futuro marido.
Grace Kelly confó en Edith Head para el diseño de vestuario. La futura princesa de Mónaco ya había discutido con Hitchcock en cuestiones de este ámbito cuando, al rodar Crimen perfecto, el director estaba empeñado en que la protagonista acudiese a contestar la famosa llamada de teléfono embutida en un vestido rojo. Kelly le convenció para cambiar el vestido por una bata encima de un camisón. Así vestida, Grace sufre el asalto de un intruso al que asesina tras unos segundos de lucha. Su atuendo dio a la escena un erotismo soterrado que ni siquiera Hitchcock había podido anticipar.
En 1954 a los 25 años, ganó un Óscar a la mejor actriz principal por La angustia de vivir, co- protagonizada por Bing Crosby y William Holden.
Poco después se trasladó a Mónaco para casarse con Rainiero, quien le había manifestado, muy a su pesar, que si se convertía en princesa de Mónaco debía dejar el cine.Grace Kelly fue también soberbiamente vestida por otra diseñadora legendaria: Helen Rose, que creó los vestidos de princesa que Grace lució en la El cisne, y en su último flme, Alta sociedad. Fue también la diseñadora de su traje de novia, elaborado con un encaje de cien años de antigüedad que compró a un museo. Aquel vestido fue el secreto más celosamente guardado de la Metro, y viajó de América a Mónaco en un baúl parecido a un ataúd para esquivar la curiosidad de los paparazzi.

Grace kelly el día de su boda.

El 13 de septiembre de 1982 la princesa Grace moría en un accidente en la misma carretera que aparece en la película Atrapa a un ladrón, donde la princesa y Cary Grant hacen un picnic.

    4.5. GRETA GARBO

Greta Garbo (1905-1990)




Su talante serio le hizo ganarse los apodos de «La mujer que no ríe» sólo interrumpido en una escena de su memorable flme Ninotchka donde suelta sorpresivamente una carcajada. Esta excepción hizo correr ríos de tinta en los periódicos con el titular «La Garbo ríe».
Los rumores sobre su bisexualidad y la extraña relación con Marlene Dietrich sólo acrecentaron la leyenda de Greta Garbo, convirtiéndola en uno de los más grandes mitos del séptimo arte. Aún hoy su rostro es considerado quizás el más perfecto que haya pasado por la gran pantalla.
Adrian vistió a grandes actrices de su época, pero de todas las diosas de la pantalla, ninguna le marcó como Greta Garbo. Fue el primero que vio en su delgadez extrema un maravilloso recurso y no una amenaza. La liberó de corsés y hombreras, e hizo resaltar su esqueleto con trajes que parecían haber nacido al mismo tiempo que ella. Garbo hizo de Adrian no sólo su modista preferido (diseñó el vestuario de 17 de sus flmes: Mata Hari, La dama de las camelias...), sino también su confdente y su amigo. El idilio entre Greta y Adrian terminó cuando ésta se puso a las órdenes de Cukor para rodar La mujer de las dos caras, y la Metro Goldwyn Mayer tuvo una reunión con el diseñador: quería modernizar la imagen de Garbo. Adrian se negó: entendía que su aire intemporal era la clave de su magia, del misterio que la hacía única. No podía ni quería vestirla como a las demás mujeres. Se despidió: “Cuando el glamour acaba para Garbo, acaba para mí”, dijo antes de dar un portazo. Al saberlo, Greta tuvo un arranque propio de su temperamento: “Siento que te vayas, pero, ¿sabes?, la mayoría de las cosas que hacías para mí ni siquiera me gustaban”. No era cierto, por supuesto, pero aquella frase supuso el fn de su relación fraternal. Cuando acabó la película de Cukor, Greta se dio cuenta de por qué Adrian se negaba a hacer lo que le pedían los productores. Su nueva imagen la derrotaba. Se sintió vieja, fea, vulgar. La habían convertido en una mujer igual a las otras. Y Garbo empezó a pensar que había llegado el momento de decir adiós.



Greta Garbo vestida por Adrian.

martes, 20 de julio de 2010

4. Grandes diseñadores de moda.

El cine y la moda son manifestaciones culturales que han actuado de forma sincronizada y con infuencias mutuas. El cine ha llegado a ser un medio importante de imposición de gustos y tendencias.
Por un lado han existido nombres de modistos de las grandes productoras de cine y por otro no han faltado tampoco algunos nombres de modistos europeos.
Al hablar de cine y moda no podemos pasar por alto el famoso triunvirato de Orry Kelly, Adrian y Travis Banton.
Orry Kelly vistió a grandes actrices como Bette Davis y Katharine Hepburn, quien guardaba de él un recuerdo especial, ya que diseñó el vestuario de su primera obra en Broadway. También fue el artífce del vestuario de dos películas míticas: Casablanca y Un americano en París, por la que en 1951 recibió el primero de sus cuatro Oscar.
Adrian fue diseñador de vestuario de la Metro-Goldwyn-Mayer entre 1928 y 1942. Durante ese tiempo, Adrian trabajó con algunas de las mayores estrellas femeninas de la época como Norma Shearer, Jeanette MacDonald, Jean Harlow, Katharine Hepburn y Joan Crawford. Adrián fue famoso por sus diseños de vestidos de noche para estas actrices, un talento ejemplifcado en el flm Las mujeres.


Las mujeres (1939)

En cuanto a Travis Banton, diseñador de la Paramount desde 1917, fue el encargado de crear la imagen de Marlene Dietrich a quien podía transformar de sórdida prostituta en gélida mujer fatal, también creó los célebres “fourreau” de Carole Lombard a la que convirtió en el símbolo del glamour de los años 30.
De Banton se decía que, con sólo almorzar con una mujer, era capaz de saber exactamente qué tenía que resaltar en ella.
Fue él mismo quien introdujo en Hollywood a Edith Head que llegó a ganar un total de ocho premios Óscar por su trabajo en flmes como Eva al desnudo (1950), Vacaciones en Roma (1953) y El golpe (1973). Edith Head también diseñó el vestuario de Grace Kelly en Atrapa a un ladrón y el de Elizabeth Taylor en La gata sobre el tejado de zinc.
Además fue la creadora fetiche de Alfred Hitchcock. La colaboración entre ambos se inició en La ventana indiscreta.
Diseñadores como Edith Head o Givenchy se asociaban a la imagen de actrices de elegante belleza, pero las chicas más explosivas de Hollywood también contaron con diseñadores especializados en realzar curvas y acentuar su lado más sexy. El nombre de William Travilla irá siempre unido al de Marilyn Monroe, para quien diseñó el vestuario de ocho películas. La relación de Monroe y Travilla trascendió a la pantalla, y fueron amantes durante un tiempo, y amigos toda la vida. Una de sus cuatro nominaciones al Oscar la obtuvo por Cómo casarse con un millonario, aunque probablemente ninguno de los modelos que creó para Marilyn fue tantas veces fotografado como el vestido blanco cuya falda levantaba el aire del metro de Nueva York en La tentación vive arriba. Travilla había dado muchas vueltas a aquel vestido: “Quería que Marilyn pareciese limpia y fresca en medio del calor de Nueva York, pero también bonita, divertida, inocente, casi ajena a su atractivo”. Él decía siempre que los vestidos que diseñaba para la actriz “eran un acto de amor”, y así lo entendió ella, que le regaló una reproducción de su famoso desnudo sobre terciopelo rojo con la frase “Te adoro. Vísteme siempre”.



La tentación vive arriba (1955)


Sin embargo, uno de los más famosos trajes de Marilyn, el que vestía cuando cantó a Kennedy el celebérrimo Happy birthday, fue obra de otro experto en símbolos sexuales: Jean Louis, que pasará a la historia por el traje negro que llevaba Rita Hayworth en Gilda. Aquel modelo estaba inspirado en un cuadro de John Singer Sargent, Madame X, y volvió locos a los hombres de medio mundo. Jean Louis trabajó también para Rita en La dama de Shanghai y obtuvo un Oscar
por el vestuario de Un Cadillac de oro macizo, y 14 nominaciones. Una de ellas la mereció por Ha nacido una estrella, donde trabajó en colaboración con otra grande de la aguja e hilo: Irene Sharaff. Sharaff ganó cinco Oscar, dos de ellos por su trabajo en películas protagonizadas por Elizabeth Taylor: Cleopatra y ¿Quién teme a Virginia Woolf?, aunque Hollywood la recuerda también por sus diseños en Hello, Dolly y West side story.



Cleopatra (1963)


La mayor difcultad para los diseñadores cinematográfcos eran la rápidas variaciones de estilos y tendencias. Apenas habían terminado una película cuando las colecciones de París ya presentaban otros nuevos y el vestuario de la película se quedaba desfasado antes de su estreno. Por este motivo algunos productores contrataron a modistos europeos.
Además de Givenchy, otros genios de la alta costura fueron seducidos por el cine. Pierre Balmain trabajó en 17 flmes, y Christian Dior obtuvo un Oscar por los vestidos de Estación Termini. Tampoco Coco Chanel fue insensible a la llamada de la gran pantalla. A principios de los años treinta, Coco necesitaba pasar un tiempo lejos de París, y Samuel Goldwyn le ofreció un millón de dólares por trasladarse a Hollywood para trabajar como asesora de vestuario de la MGM. Además, debería vestir dentro y fuera de la pantalla a cuatro estrellas de la Metro: Norma Talmadge, Ina Claire, Lily Damita y Gloria Swanson, para quien confeccionó los vestidos de Esta noche o nunca. Cuando, unos días antes de empezar el rodaje, la Swanson hizo la prueba defnitiva de sus vestidos, Chanel notó que había engordado, y habló con la actriz: “Deje de atiborrarse, o ninguno de estos trajes le servirá”. La joven estalló en lágrimas antes de confesar a Coco que estaba embarazada, y que nadie debía saberlo hasta el fnal de la película. La diseñadora ideó entonces un complicado sistema de fajas elásticas para adaptar a cada modelo y disimular así el estado de la señorita Swanson.
Pero Hollywood no estaba preparado para el estilo Chanel, para sus trajes de chaqueta y la elegante austeridad de sus vestidos. Querían diseños más chillones, complementos más llamativos y prendas más recargadas:el cine en blanco y negro debía escapar de la simplicidad. En este sentido, como en tantos otros momentos, Coco fue una visionaria: poco después, el color haría
necesaria la austeridad que ella intentó llevar a los platós de la MGM.
Otros modistos reclamados para el cine americano tuvieron más suerte. Marcel Rochas, Molyneux y Patou diseñaron vestidos que lucieron algunas grandes estrellas en sus películas. Quizás Elsa Schiaparelli es la que puede apuntarse uno de los mayores éxitos en este campo con sus diseños para Zsa Zsa Gabor en Moulin Rouge y para Mae West.



martes, 13 de julio de 2010

El cine y la moda

*Este es un trabajo que hice para la asignatura de sociología, espero que les guste, iré publicando a lo largo de estos días el resto de las partes.


 El cine y la moda.

El rey Luis XIV fue el primero en comprender que la moda es un espejo (de encaje y terciopelo, la verdad sea dicha). La ropa posee lenguaje propio. Revela nuestra edad, sexo riqueza y profesión. Las elecciones que hacemos son bastante reveladoras. La moda es un refejo creativo de nuestro momento cultural.
Desde que apareció el cine en 1895 ha existido una estrecha relación entre el cine y la moda ¿recuerdan el vestido rosa de Marilyn Monroe en "Los caballeros las preferen rubias" cuando decía que un diamante es el mejor amigo de la mujer? o ¿que habría sido de “Desayuno con diamantes” sin el seductor vestido negro de Holly?





2. Historia del cine.



La historia del cine comienza en 1895, fecha en la que los hermanos Lumière proyectaron públicamente las primeras imágenes grabadas. El éxito de este invento fue inmediato, no sólo en Francia, sino también en toda Europa y América del Norte. En un año los hermanos Lumière creaban más de 500 películas, marcadas por la ausencia de actores y los decorados naturales, la brevedad, la ausencia de montaje y la posición fja de la cámara. Pero los espectadores acabaron aburriéndose por la monotonía de las tomas. George Méliès fue quien comenzó a contar historias fcticias y a desarrollar las nuevas técnicas cinematográfcas, sobre todo en 1902 con Viaje a la luna y en 1904 con Viaje a través de lo imposible, aplicando la técnica teatral ante la cámara y creando los primeros efectos especiales y la ciencia-fcción flmada. A partir de entonces la cinematografía no hizo más que mejorar y surgieron grandes directores como Ernst Lubitsch, Alfred Hitchcock, Fritz Lang, o Charles Chaplin que mantuvieron en constante evolución la técnica hasta que en 1927 se estrena la primera película con sonido El cantante de jazz.
Fue en ese mismo año cuando la Paramount Pictures crea la técnica cinematográfca conocida como doblaje. Al cabo de los años la técnica permitió la incorporación del color, llegando en 1935 con La feria de las vanidades de Rouben Mamoulian, aunque artísticamente consiguió su máxima plenitud en 1939 con Lo que el viento se llevó.




3. El tándem cine-moda.

El momento de mayor compenetración en el tándem cine-moda se dio en la época del star sistem, en el que imperaban aquellas mujeres estrellas que, además de protagonizar aventuras épicas y románticas, se convertían en el canon a seguir por el resto de las mujeres del planeta.
En cierto modo, cubrían el espacio que ahora llenan las top models. La suerte es que, aunque según las épocas predominaba un estilo u otro, el elenco de actrices en que las mujeres se miraban siempre era algo más variado que el de las tops y, si bien triunfaba una escuálida y elegante Audrey Hepburn, también lo hacía la atractiva Sofía Loren con unas dimensiones más propias de la mujer mediterránea.




Todas estas mujeres; delgadas y voluminosas, feúchas o arrebatadoras, andrógenas o hiperfemeninas fueron infuyendo en la moda.
Así, la melena de Lauren Bacall, el desaliño de Katharine Herpburn o los guantes de Rita Hayworth saltaron de la pantalla para inundar la vida corriente.
Este es el caso del boom de las gafas negras y ropas futuristas herencia de Matrix, o el actual estilo aviador, gracias al flm The aviator de Martin Scorssese; después de ver a Di Caprio convertido en el magnate Howards Hugues, los escaparates se llenaron de cazadoras de piel, gabanes y gafas de aviador muy similares a las que el propio Armani diseñó para la película. De todas formas, la infuencia entre el cine y la moda no se percibe tanto en la actualidad (excepto en casos puntuales como la gala de los Oscar). Ahora es el cine el que ha tomado de la calle su “aliño indumentario”.


 Esto se percibe, sobre todo, en el cine europeo y, en general, el cine de tono más realista. En películas como Solas, Lugares comunes, Lost in traslation o ¿Bailamos? los personajes de fcción visten exactamente igual que los colectivos que representan; es más, el atuendo, la forma de vestir -sin glamour, sin estilo, sin ostentación- nos defne muy bien al tipo de personajes de este cine: gente corriente.
El cine, la televisión y la publicidad contribuyen decisivamente a convertir las ideas de unas personas en objetos de consumo. Los medios de comunicación, decisivos en la confguración de la sociedad de masas, tienen un papel fundamental también en la uniformización de esta sociedad.
“Aunque en pleno siglo XXI ya no existe el culto a las grandes estrellas como hace 50 años, no hay duda de que el cine, sigue marcando una enorme infuencia en la vida, las costumbres, las modas y en general en la jerarquía de valores y comportamientos del actual milenio.”

viernes, 9 de julio de 2010

¿Publicidad o morbosidad?











Los anuncios con imágenes de famosos ya fallecidos imponen tendencia.”



La publicidad que utiliza material audiovisual de personajes ya fallecidos, puesta en un determinado contexto para lanzar un mensaje comercial se impone como tendencia para las marcas, pero levanta muchas interrogantes sobre su ética. Se supone que esta técnica le aporta un nexo emocional con el usuario.
Un ejemplo es la agencia que utilizó imágenes de Marilyn Monroe y John Lennon para un anuncio de Citroën, ambos personajes cumplen una función antiretro al llamar al consumidor a mirar hacia el futuro.



John Lennon es un icono casi antisistema y los valores que transmiten estas personalidades se quedan pegados a la marca. Con lo atomizado que está el mundo de la publicidad y lo difícil que es lanzar un mensaje, con estos anuncios logras una notoriedad inmediata, aunque también se genera cierta controversia. Pero al final el producto sale reforzado”, expresó uno de los creativos.
Juan Manuel de la Nuez dijo al mismo medio que la campaña “Be Water my friend” creada por una agencia de publicidad para BMW, había reportado mucho éxito al fabricante..
En esta senda se sitúa el polémico anuncio de Nike protagonizado por Tiger Woods, que es interrogado por una grabación en off de la voz de su padre ya fallecido, que mezcla esta confusa situación con el aprovechamiento del escándalo protagonizado por el golfista.
El anuncio causó tanto impacto por el atrevimiento por parte de Nike, quien en todo momento se mantuvo del lado del deportista caído en desgracia cuando sus infidelidades salieron a la luz, que incluso se dijo que la mujer de Woods, Elin Nordegen, había formalizado su divorcio tras la emisión. 


¿Publicidad o morbosidad? Opinen ustedes.